La producción de aceite de soja enfrenta desafíos significativos, como la necesidad de maximizar el rendimiento del aceite y reducir los costos operativos. Los métodos tradicionales de extracción, como el prensado mecánico, a menudo no logran extraer la cantidad óptima de aceite, dejando un 5% a 6% en el harina de soja. Esto no solo reduce la rentabilidad, sino que también incrementa los costos de producción.
La planta de extracción de solventes de soja es una solución industrial avanzada diseñada específicamente para abordar estos problemas. Utilizando un proceso que utiliza disolventes químicos, como el hexano, este método logra extraer casi la totalidad del aceite de soja de las semillas, dejando sólo un residuo del 1% al 2% en el harina de soja. A continuación, se describen sus componentes clave:
La soja es limpiada, aplastada en copos pequeños y luego condicionada y cocida para facilitar la extracción del aceite.
Los copos de soja se introducen en el extractor, donde se tratan con hexano. Esto crea una mezcla de "miscela" (aceite + solvente), optimizando así el proceso de extracción.
La miscela se envía a la unidad de destilación, donde el solvente se evapora y se recupera, dejando atrás aceite de soja crudo.
El hexano vaporizado se condensa y se reutiliza en el extractor, disminuyendo costos y minimizando el impacto ambiental.
El aceite crudo extraído puede contener impurezas, por lo que una unidad de refinación puede integrarse para mejorar la calidad del producto.
La planta de extracción es versátil y se utiliza en:
En resumen, la planta de extracción de solventes de soja es una instalación esencial para la producción industrial de aceite de soja, conocida por su eficiencia y rentabilidad. A pesar de la necesidad de inversión significativa y gestión cuidadosa de los solventes, sus ventajas de rendimiento y escalabilidad la convierten en la opción preferida para las operaciones industriales.