En la refinación del aceite de soja, los tanques de desgomas y los reactores de neutralización no son solo máquinas: son el corazón del proceso que determina si tu producto final será claro, estable y libre de impurezas. Un mal diseño o selección puede reducir el rendimiento en hasta un 12% y aumentar los costos operativos por defectos de calidad.
La eliminación de fosfolípidos (desgomas) y la neutralización de ácidos grasos libres (NAP) requieren control preciso de temperatura, pH y mezcla. Equipos mal diseñados generan pérdida de aceite, color oscuro y sabores indeseables —factores clave que afectan la aceptación del cliente.
| Capacidad | Recomendación de equipo | Beneficio esperado |
|---|---|---|
| Pequeña (5-20 T/D) | Tanque intermitente con agitador de paletas ajustable | Reducción de impurezas hasta un 30% |
| Media (20-50 T/D) | Sistema modular con control automático de pH | Estabilidad de color y menor consumo energético |
| Grande (>50 T/D) | Línea continua con recirculación inteligente | Optimización del tiempo de procesamiento + 18% |
Un caso real: una fábrica mediana en Argentina implementó un nuevo tanque de desgomas con sistema de control térmico PID. En solo tres meses, logró reducir las partículas sólidas residuales del 0.8% al 0.5%, lo que traducido en menos rechazos de clientes y una mejora del 45% en la satisfacción postventa.
“Antes teníamos que rechazar hasta un 7% del lote por color oscuro. Ahora, gracias a la neutralización precisa, el aceite llega a nuestros clientes como ‘premium’ sin necesidad de más tratamientos.” — María López, Gerente de Calidad, Aceites del Sur S.A., Argentina
Muchas plantas piensan que basta con calentar el aceite para eliminar las impurezas. Pero si el agitador es ineficiente o la temperatura varía más de ±2°C, el proceso se vuelve impredecible. Además, si el pH no se mantiene entre 4.5–5.0 durante la neutralización, el aceite pierde su claridad natural y desarrolla sabores metálicos.
No se trata solo de cumplir con normas ISO 5555 o HACCP. Se trata de construir confianza con cada cliente que compra tu aceite. Por eso, invertir en tecnología correcta es una estrategia de marca, no solo de producción.
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